La preservación de la fertilidad comenzó a desarrollarse a raíz de observarse que los tratamientos empleados contra el cáncer, tanto la quimioterapia como la radioterapia producían esterilidad como efecto secundario en un porcentaje nada despreciable. La infertilidad asociada a los tratamientos oncológicos era un efecto adverso que carecía de importancia al lado del problema grave de salud que presentaban las pacientes. Es decir, era «lo de menos». Afortunadamente este hecho ha cambiado y la mayoría de los médicos son conscientes de la importancia que tiene la fertilidad para una paciente joven que no ha tenido hijos o que no ha completado su descendencia. Por otra parte, a raíz de los cambios socioculturales que vivimos, la mujer busca una estabilidad laboral y económica antes de plantearse la maternidad, pero a la vez es bien sabido que la fertilidad va declinando con la edad. Ahí donde ha surgido la otra indicación de preservación de la fertilidad que cada vez tiene más adeptas, es la llamada indicación social. Según los médicos, ¿qué es lo que está haciendo que aumente la demanda de este campo de la reproducción? Han aumentado las patologías oncológicas en edades jóvenes. A la vez han mejorado mucho los tratamientos médicos y por tanto, la supervivencia.

WhatsApp chat